El alcance del impacto humano sobre la naturaleza parece no tener fin: en los últimos 50 años (1970/2020), el tamaño medio de las poblaciones de fauna silvestre se redujo un 73% a nivel mundial, un porcentaje que en América Latina –la región del mundo que más rápido pierde biodiversidad– trepa hasta un 95%. La reconversión de ecosistemas como pastizales, bosques y humedales para el negocio agropecuario, la sobreexplotación de especies, el cambio climático y la introducción de especies exóticas contribuyeron a este precipitado declive, según se desprende del informe Planeta Vivo 2024 publicado hoy por la World Wildlife Foundation (WWF).